Los registros de los inventarios
normalmente difieren del conteo físico real; la exactitud de un inventario
depende en la medida en que estos dos coincidan. Compañías como Wall-Mart saben
que la exactitud de los inventarios es muy importante y dedican gran esfuerzo a
conseguirla. La interrogante sería: ¿que grado de error es aceptable?
Si el registro muestra un saldo de 683
en el caso de la parte x, pero el cómputo real muestra 652. ¿todavía esta dentro de lo razonable? Suponga que el
cómputo real arroja 750,67 bienes más que en el registro, ¿este resultado es mejor que el otro?.
El
sistema entero de producción debe
mostrar concordancia, dentro de un rango especificado, entre las existencias
que indican los registros y las que
realmente hay en el inventario.
Los
registros y el inventario podrían no coincidir por muchas razones. Por ejemplo,
si las existencias están en un espacio abierto, los artículos pueden ser
tomados para efectos legítimos y para otros no autorizados. Alguien pudo haber
tomado la mercancía legítimamente pero con prisa y no haber registrado el
movimiento.
En
ocasiones las partes son colocadas en un lugar equivocado y aparecen meses
después . Con frecuencia las partes son almacenadas en varios lugares, pero su
registro se podría perder o el registro
de su ubicación podría estar equivocado. En ocasiones las órdenes para
reabastecer las existencias se registran como recibidas cuando, de hecho, no
han llegado jamás.
En
ocasiones un grupo de partes es registrado como salido del inventario sin
cancelar el registro. Para
conseguir que el sistema de
producción fluya ininterrumpidamente sin que falten partes y eficientemente sin
que haya saldos excesivos, los registros deben ser exactos.
¿Cómo
puede la empresa efectuar registros exactos y tenerlos al día? La primera regla
sería teniendo el almacén cerrado con llave. Si solo el personal del almacén
tiene acceso y si una de las medidas para la evaluación del desempeño de este
personal y los aumentos de sueldo por méritos es la exactitud de los registros,
entonces tendrán una fuerte motivación para observar las reglas.
Todos
los lugares para guardar el inventario, seas un almacén cerrado con llave o la
planta de producción, deben contar con un mecanismo para realizar los
registros. Otro camino es transmitir a
todo el personal la importancia que tienen los registros exactos y confiar en
que ayudarán con esta actividad. ( todo lo anterior resumiría en lo siguiente:
coloque alrededor del área del almacén una barda que suba hasta el techo de modo que los
trabajadores no la puedan saltar para
sacar partes; ponga un candado en
la puerta y déle la llave a una sola persona. Nadie puede sacar partes sin que
la transacción sea autorizada y registrada.)
Otra forma de garantizar la exactitud
sería contar el inventario con
frecuencia y ajustar el resultado con los registros. Un método usado con
frecuencia son los conteos cíclicos.
Los conteos cíclicos constituyen una
técnica para levantar inventarios físicos en la cual contamos el inventario con
frecuencia en lugar de una o dos veces al año. La clave de un buen conteo
cíclico y, por tanto, de los registros exactos está en decidir que artículos
contaremos, y cuando y quién será el encargado de hacerlo.
En la actualidad casi todos los
sistemas de inventarios están computarizados. Podemos programar la computadora
para que genere un aviso de conteo
cíclico en los casos siguientes:
1.- Cuando el registro muestra un saldo
bajo o nulo de la mercancía en existencia. (es más fácil contar pocos
artículos.)
2.- Cuando el registro muestra un saldo
positivo, pero anotó un pedido atrasado acumulado ( lo cual indica una
discrepancia).
3.- Después de un nivel especificado de
actividad.
4.-Para señalar una revisión basada en
la importancia del artículo ( como en el sistema ABC). Tal como en la tabla
siguiente:
USO ANUAL EN DÓLARES
|
PERÍODO ENTRE REVISIONES
|
$10 000 O
más
|
30 días o menos
|
$3 000-$ 10 000
|
45 días o menos
|
$250- 3 000
|
90 días o menos
|
Menos de $250
|
180 días o menos.
|
El momento más fácil para contar las
existencias es cuando no hay actividad en el almacén o en la planta de
producción. Esto significa los fines de semana o durante el segundo o tercer
turnos, cuando el local está menos activo. De no ser posible lo anterior, se
requerirá asentar y separar los bienes con más cuidado para contar el
inventario mientras la producción está en marcha y hay transacciones en
proceso.
El conteo cíclico dependerá del
personal disponible. Algunas empresas programan al personal regular de almacén
para que cuente durante ratos de su jornada laboral que no sean muy activos.
Otras compañías contratan empresas privadas para que acudan a contar el
inventario. Otras empresas más usan
contadores de tiempo completo durante el ciclo y estos solo se encargan de
contar el inventario y resolver las diferencias con los registros. Si bien este
último método parecería muy caro, muchas empresas piensan que, de hecho, es
menos caro que el molesto conteo anual del inventario, que se realiza
normalmente cuando la empresa cierra dos o tres semanas por vacaciones anuales.
La cuestión del porcentaje de error entre el inventario físico y los
registros que puede ser tolerable ha sido motivo de muchos debates. Hay
compañías que luchan por lograr una exactitud de 100 por ciento, mientras
que otras aceptan 1, 2 o 3 por ciento de
error. El nivel de exactitud que recomiendan los expertos es ± 0.2 por ciento
para los artículos A, ±1% para los artículos B y ± 5% para los artículos C.
Sin importar el porcentaje de exactitud
que se elija, el punto esencial consiste en seleccionar un nivel lo
suficientemente confiable como para
contar con existencias de reserva que sirvan de colchón. La exactitud es importante
para que el proceso de producción funcione sin interrupciones, de manera que
las órdenes de los clientes puedan ser procesadas y programadas en lugar de
permanecer detenidas a causa de una escasez de partes.
Bibliografía
Chase, Richard B. Administración de la
producción y operaciones para una ventaja competitiva. 10ma edicicón. Editorial
Mc. Graw Hill. México 2005. pp.628 – 630.
No hay comentarios:
Publicar un comentario